1. Lamborghini Countach LP400 (1978) – Los neumáticos más anchos del mercado
Neones, descapotables, hombreras y máquinas de humo. La década de los ochenta fue mucho más que eso: el reaganismo, el terror nuclear, un panorama económico tambaleante y la caída del muro de Berlín marcaron una época que aun así recordamos sobre todo por su parte más lúdica. Con los noventa llegó la globalización, una incipiente conciencia climática y una nueva era de expansión tecnológica que culminaría en la popularización de Internet, a la postre el mayor fenómeno social y cultural de las últimas décadas. Todos estos cambios pueden leerse también en las siluetas, tamaños y formatos de los coches que triunfaron durante esos años. Desde los frugales urbanos aparecidos a principios de los ochenta hasta los angulosos deportivos y la obsesión aerodinámica, pasando por la expansión japonesa y la llegada de los primeros todoterreno a la ciudad. La siguiente es una lista formada por algunos de los mejores diseños de la época, ya sea por su influencia en el mercado, su capacidad de innovación o por ser simplemente de una belleza desarmante. Abróchense el cinturón.
2. DMC DeLorean (1981) – El futurismo era esto
El DeLorean viene siempre precedido de su fama cinematográfica y la extravagante historia de su trayectoria comercial, con bancarrota, tráfico de drogas y largos litigios incluidos, pero solo su diseño ya bastaba para convertirlo en un icono instantáneo. Obra de un Giorgetto Giugiaro en estado de gracia, sus puertas de ala de gaviota, la carrocería de acero inoxidable sin pintar y una imagen severa y futurista lo desmarcaban de cualquier otro coche de la época (y de cualquier época). Tal vez por eso la noticia de que volvería a venderse en 2019, esta vez movido por un motor eléctrico, cobraba todo el sentido del mundo y tiene a su legión de fans contando los días desde hace 10 años sin más novedades a falta de tres meses de que acabe el año.
3. Ford Sierra Ghia (1982) – El molde de gelatina que se adelantó a su tiempo